jueves, 27 de diciembre de 2012

Capítulo 28: Michael Convertino y Randa Haines (1986-1998)


  • Michael Convertino: 14 de marzo de 1952 (Nueva York, EEUU).
  • Randa Haines: 20 de febrero de 1945 (Los Ángeles, EEUU).
Orquestador habitual: John Neufeld. 
Otros orquestadores: Bobby Muzingo y Conrad Pope.


   Muy pocos compositores de talla son tan desconocidos desde el punto de vista biográfico como Michael Convertino. Indagando en el inmenso océano informativo que es Internet, se pueden encontrar escasísimas huellas sobre su vida (se graduó en Música por la Universidad de Yale y por el Conservatorio de París, siendo a principios de los años 80 uno de los componentes de la banda de rock The innocents), aunque, como es lógico, sí sobre su obra, que consta de poco más de 50 partituras entre cine y televisión, desde el emblemático cortometraje de Tim Burton Frankenweenie (1984) hasta el filme de terror Wake Wood (2011). Entre medias, obras de gran repercusión entre los aficionados como Tess y su guardaespaldas, ¡Vaya Santa Claus!, De jungla a jungla o Mil ramos de rosas, todas ellas muy representativas desde lo musical gracias a un estilo romántico lleno de delicadeza, muy poco habitual en la mayoría de los autores contemporáneos, mucho más obsesionados con las creaciones aparatosas alejadas de la emotividad. No obstante, su filmografía sí tiene un aspecto que la convierte en trascendental, y es su estrecha relación con la directora californiana Randa Haines en cuatro de sus películas: Hijos de un dios menor, El doctor, Vaya par de amigos y Baila conmigo.

   Hijos de un dios menor (Children of a lesser god, 1986) es un eficaz melodrama romántico que describe la tempestuosa relación amorosa entre un docente y una chica sordomuda que trabaja en su colegio como limpiadora. Su actriz protagonista, Marlee Matlin, recibió un polémico Oscar en 1987 y el filme consiguió además cuatro nominaciones, entre ellas la de mejor película. El score de Michael Convertino fue injustamente olvidado pese a tratarse de una creación de gran sensibilidad que reforzaba con inusitada finura los altibajos emocionales de los dos principales protagonistas. Toma como base tonal la reiteración de frases musicales, pero huyendo de un minimalismo clasicista y acercándose a la base temática de la historia de amor, a través de la preponderancia de los instrumentos de cuerda que acentúan lo emocional. Esta metodología es, de hecho, la que marcará para siempre su peculiar estilo melódico, y en el caso de Hijos de un dios menor profundiza con destacable intensidad en el carácter enérgico de los agudos creados por los violines y las violas, que parecen acercarse en su energía más a los sonidos electrónicos que a los orquestales.

   Cinco años después retomaron la senda de la colaboración con El doctor (The doctor, 1991). De nuevo Haines contó con el protagonismo del gran William Hurt, quien interpreta a un médico un tanto frío e insensible que ve trastocada su apacible vida al serle diagnosticado un cáncer. La música de Convertino, que aparece en la película en muy contadas y significativas ocasiones, marca un antes y un después en su filmografía, pues es el inicio de su fructífera relación con el equipo habitual de John Williams, es decir, el editor Ken Wannberg y el orquestador John Neufeld (al que se le unirían con posterioridad Bobby Muzingo Conrad Pope), auténticos restauradores de su estilo neorromántico. En El doctor Convertino escribe un bellísimo tema central que sirve de base a toda su partitura, breve pero intensa y que dibuja a la perfección los momentos más melodramáticos y afectivos del argumento.
   La pasión de Randa Haines por las historias de profundo humanismo tiene su continuidad en Vaya par de amigos (Wrestling Ernest Hemingway, 1993), película protagonizada por tres de los mejores actores que nos ha legado el séptimo arte: Robert Duvall, Richard Harris y Shirley McLaine. En ella nos encontramos a dos jubilados (Duvall y Harris) que se enfrentan a la triste cotidianidad de la soledad que les sumerge en la más profunda de las melancolías. El score de Michael Convertino parte de un leitmotiv elegiaco que en su lastimera aflicción parece querer acompañar a unos ancianos que buscan, no siempre con éxito, una salida a su dolor emocional. Se trata de una obra mayor en su filmografía pues no se conforma con crear un motivo increíblemente bello, sino que éste se ve acompañado por una serie de melodías circundantes que sirven de modélicos contertulios musicales de la acción.



   La última colaboración hasta la fecha entre Haines y Convertino lo constituye Baila conmigo (Dance with me, 1998), un intento fallido en lo comercial de conseguir un éxito de taquilla entre el público latino estadounidense. Filme protagonizado por Vanessa Williams y el cantante Chayanne, relata la historia de Rafael Infante, joven de origen cubano que intenta, a través del baile, labrarse un porvenir en la 'tierra prometida', en este caso Houston. Por desgracia, la encomiable labor de Convertino se ve oscurecida, por no decir aplastada, entre el aluvión de canciones latinas que inundan la película, aunque su intento de subrayar los momentos más íntimos de la acción mediante su estilo apasionado resulta del todo plausible.